El duelo puede llegar a complicarse por varios aspectos, que detallaremos a continuación:
- Edad (niños o ancianos)
Se trata de un actor de riesgo muy importante. No es lo mismo la pérdida de un niño que la de un adulto mayor, porque tienen connotaciones diferentes que necesitan ser entendidas y comprendidas para saber por qué se ha hecho más difícil asimilar la pérdida, en uno u otro caso.
- La misma edad de la persona que falleció y del doliente
Esta coincidencia en la edad hace que el doliente resuelva la muerte de una forma más dolorosa y compleja, al pensar que le pudiese suceder lo mismo.
- Pérdidas acumuladas
Cuando una persona está pasando por un duelo y ha tenido otro recientemente, esta situación hace que ni uno ni otro duelo sean resueltos en su totalidad, y deja espacios y sentimientos no elaborados que se mantienen en el siguiente, produciéndose así un proceso complicado.
- Una enfermedad física o psicológica actual
Toda enfermedad previa, aguda o grave, establece ya un actor de riesgo de complicaciones durante el duelo.
- No tener sistemas de apoyo emocional ni social
Cuando las personas están pasando por un período de duelo tienen dos tipos de recursos para sobrellevar la pérdida:
I. Internos: hacen referencia a la personalidad, a la forma que uno mismo tiene de manejar y resolver las dificultades; también se les conoce como herramientas internas, que muchas de las veces tienen que ver con el carácter o temperamento, la capacidad de adaptación y de búsqueda de soluciones.
II. Externos: hacen referencia a los “otros”, en este caso al apoyo que se reciba de la familia, amigos, compañeros de trabajo, grupos de ayuda, etc., ayudando a resolver mejor una pérdida. Estos dos tipos de recursos son muy importantes al momento de una pérdida.
- Apego al difunto
Cuando el vínculo o relación que se mantenía con el fallecido era ambivalente, es decir que tenía sentimientos de amor en ocasiones y también de rechazo, cuando ha existido un alto grado de dependencia o simplemente el apego era muy fuerte, el duelo tiene un proceso más difícil y duradero.
- Muerte violenta
Cuando la muerte ha ocurrido de manera inesperada, provoca un estado de “shock” que puede durar semanas y hacer que el duelo se torne más complicado.
- No poder expresar el dolor
Es común que los dolientes no expresen el dolor, debido a varias presiones de índole social. En algunas ocasiones las personas piensan que si lloran demasiado se van a enfermar o tener problemas físicos. También es común que eviten llorar rente a los hijos y los familiares, porque no quieren hacerles sentir más dolor. Otro mito es pensar que los hombres no lloran, lo cual impide una expresión del dolor que ayude a sanar.
La mejor forma de expresar el dolor es con las lágrimas, con el llanto, sobre todo en la primera etapa de aflicción; si se inhiben sentimientos de dolor es posible que se produzcan consecuencias físicas, y duelos más duraderos y difíciles.